Los hábitos son prácticas habituales poderosas, que ciertamente son difíciles de formar, especialmente cuando se trata de buenos hábitos. Para tener éxito en ello es necesario crear una rutina diaria personalizada.
Es decir, lo que se busca es crear un cronograma para todas las tareas y actividades a realizar durante el día. Esto ayuda a formar buenos hábitos y al mismo tiempo contribuye a romper con las malas prácticas. Al final esto hace que tengas una vida más feliz y productiva.
5 pasos para crear una rutina diaria personalizada
Ahora bien, establecer una rutina diaria personalizada basada en buenos hábitos involucra dos aspectos. Por un lado, descubrir aquello que necesitas hacer, y por otro, descubrir el momento adecuado para hacerlo.
Las siguientes recomendaciones te ayudarán a crear tu propia rutina de buenos hábitos fácilmente. Todo lo que necesitas es un poco de motivación, lápiz y papel.
1. Comienza por hacer una lista
Para crear una rutina diaria personalizada primero necesitas escribir todas las actividades que realizas diariamente. Aquí debes incluir tanto las cosas que haces en tu hogar, como en el trabajo.
En este punto no debes preocuparte por cómo organizar dicha lista. Se trata solo de un bosquejo mental, no de una lista de pendientes. Por lo tanto, toma tu tiempo para anotar en un cuaderno todo lo que haces habitualmente cada día. Incluye por supuesto, aquello que debes hacer.
Es posible que te sea complicado recordar todas las tareas que realizas de una sola vez. En este caso lo recomendable es que lleves contigo el cuaderno para hacer anotaciones a lo largo del día.
Lo importante que debes saber es que ninguna tarea es demasiado pequeña. Por lo tanto, si crees que “cepillarte los dientes” es una tarea importante en tu rutina, simplemente agregala a la lista.
2. Dale una estructura a tu día
Las personas que madrugan suelen hacer sus cosas con mucha más eficacia antes de la hora del almuerzo. Los noctámbulos por su parte, tienden a ser más productivos durante la noche.
Por lo tanto, debes pensar en ese momento del día en el que mejor te desempeñas. A continuación es recomendable que agrupes tus actividades en el momento del día que sea más conveniente para realizar dichas tareas.
Por ejemplo:
- Durante la mañana. A menudo, en las mañanas no hay tanto tiempo para hacer muchas cosas. En consecuencia es conveniente asignar tus primeras actividades para este momento del día. Alimentar y pasear a tus mascotas, barrera el patio, hacer ejercicio, etc. Una vez que termines con esto, reserva tiempo en las mañanas para aquellas tareas que más te cuesta realizar. De esta manera no la tendrás encima de ti todo el día.
- Durante el mediodía. Se trata de un momento en el día complicado porque tus niveles de energía seguramente han disminuido considerablemente. Esto significa que probablemente sea el mejor momento para hacer aquellas actividades que no requieren mucho procesamiento mental. Si estas en el trabajo, utiliza este momento en el día para responder correos electrónicos, hacer mandados o establecer citas. Si estas en casa, puedes ocupar tu tiempo haciendo tareas de limpieza.
- Durante la tarde/noche. En este momento del día lo ideal es hacer tareas como planchar tu ropa, empacar los almuerzos y ordenar las habitaciones donde sabes se amontonan los objetos. En otras palabras, utiliza la noche para planificar y preparar las actividades que harás al día siguiente.
3. Intenta ser especifico con tus actividades
Dentro de todas las actividades a lo largo de tu día puedes ser tan especifico como lo desees. Es decir, posiblemente quieras escribir una rutina diaria para tus mañanas como la siguiente:
- 6:00 am – Levantarse de la cama, cepillarse los dientes y bañarse.
- 6:30 am – Desayunar y leer el periódico.
- 7:00 am – Salir de casa.
- 7:20 am – Dejar a los niños en la escuela.
- 7:50 am – Llegar al trabajo.
4. Programa con tiempo tus tareas
Nunca sabes los imponderables que podrían afectar tu rutina diaria, incluso si se trata de una rutina detallada. Lo que se busca es aprovechar al máximo los momentos más productivos para realizar las actividades más desafiantes. Asimismo, utilizar los momentos menos productivos para hacer las tareas menos demandantes.
Habrá ocasiones en las que tengas que ir al médico en horas de trabajo, y otras veces tendrás reuniones sociales por las noches. Aunque los imprevistos se interpongan, tener una rutina diaria personalizada permitirá que las cosas fluyan con normalidad.
5. Pon en marcha tu nueva rutina
El paso final es poner a prueba tu nueva rutina durante al menos un mes. Luego de este periodo conviene preguntarse: ¿Cómo me siento con mi nueva rutina?, ¿Programé mis actividades en los momentos más adecuados?, ¿Necesito modificar algo?
Si debes cambiar algo, asegúrate de modificar cualquier cosa que no funcione caso por caso. Después realiza una nueva evaluación luego de 30 días para comprobar qué tal esta funcionando esa rutina personalizada.