La rosácea es una afección cutánea, patología de la piel que se manifiesta principalmente en la piel del rostro y que puede llegar a tener síntomas realmente molestos y también consecuencias negativas a nivel emocional. Aunque de momento no hay una cura definitiva, por suerte cada vez hay más tratamientos que permiten cuidar la piel con rosácea, aliviar los síntomas y mejorar el aspecto de la piel.
Es más frecuente en mujeres que en hombres y generalmente se presenta en personas de tez fina y clara. La rosácea siempre implica un anormal enrojecimiento del rostro, sobre todo de áreas determinadas como las mejillas, la frente la nariz y la barbilla. A veces, las rojeces aparecen acompañadas de inflamación, granitos o descamación, lo que hace que podamos confundirla con acné o dermatitis.
Ese exagerado rubor en la cara se debe a la dilatación de los vasos sanguíneos y puede tener orígenes diversos. Ante cualquier anomalía, consultar con el médico especialista es fundamental para determinar si realmente padeces rosácea y de qué tipo y para establecer, así, las medidas preventivas aconsejables y el tratamiento más adecuado.
Síntomas y tipología de la rosácea
Que aparezcan rojeces en la piel en un momento puntual es algo relativamente normal. Las altas temperaturas, el sol, una actividad física intensa, las comidas demasiado picantes o especiadas pueden provocar esta situación, pero si ese llamativo enrojecimiento, surge de repente y persiste, puede tratarse de un caso de rosácea.
Esta patología de la piel puede llevar aparejados otros síntomas, entre los más habituales destacan:
- Sequedad y tirantez en la piel.
- Picor o quemazón en las zonas afectadas.
- Inflamación.
- Sensación de calor en la cara.
Además, según el tipo de rosácea pueden aparecer otros síntomas a los que hay que prestar especial atención.
En general, esta patología bastante común y no contagiosa tiene distintas formas de manifestarse, por lo que hay que distinguir entre:
- Rosácea eritematosa. Se caracteriza por el enrojecimiento de determinadas zonas en las que pueden apreciarse los vasos sanguíneos dilatados (arañas vasculares conocidas como telangiectasias). La afección aparece de repente, en forma de episodios pasajeros que, transcurrido un tiempo y con tratamiento adecuado, desaparecen.
- Rosácea papulo – pustular. Igualmente puede surgir en determinadas condiciones y en forma de “brotes”. En este caso, el enrojecimiento va unido a la aparición de pequeñas ronchas o granitos similares a los propios del acné.
- Rosácea fimatosa o hipertrófica. Presenta todos los síntomas ya descritos pero, además, lleva aparejado un engrosamiento de la piel que puede llegar a crear bultos o deformaciones especialmente en la nariz.
- Rosácea ocular. No solo afecta a la piel del rostro sino también a los ojos. Lagrimeo, irritación o hinchazón en los párpados son algunos de sus síntomas.
¿Qué hacer si tu piel sufre rosácea?
Ante las primeras molestias, es importante consultar con el dermatólogo porque no se sabe exactamente el origen de esta patología. Afortunadamente, los avances en investigación continúan y ya existen tratamientos, cada vez más eficaces, para prevenir la aparición de los síntomas de la rosácea y reducirlos en un momento dado.
Si tu piel se enrojece fácilmente o muestra evidencias de padecer rosácea, hay una serie de medidas preventivas que pueden ayudar:
- Evita la exposición al sol sin una elevada protección frente a los rayos solares.
- Procura no ingerir alimentos demasiado picantes o que puedan elevar tu temperatura corporal (bebidas demasiado calientes, alcohol). Elige, en cambio, una dieta variada y saludable que ayude a fortalecer tu sistema inmunológico.
- Cuida tu piel siempre con cosméticos específicos para pieles sensibles y/o que sufran rosácea.
¿Qué productos elegir si tu piel presenta síntomas de rosácea?
La rosácea no es solo una patología que afecta a la piel del rostro. Quien la sufre suele experimentar emociones a nivel emocional que pueden traer más de una complicación (inseguridad, no estar conforme con tu aspecto, temor al posible rechazo…). Por eso los cuidados dermo – cosméticos son tan importantes.
La piel con rosácea es una dermis sensible que requiere productos específicos que le proporcionen máxima hidratación y protección extra frente agentes externos que puedan alterarla.
Su sufres rosácea, necesitas cosméticos libres de alcohol y de cualquier otra sustancia que pueda resultar demasiado agresiva. Algunos consejos a la hora de elegirlos son:
- Vigila la composición de cualquier producto que vayas a aplicar en el rostro, desde una crema limpiadora, hasta el maquillaje. Cualquier componente inadecuado puede ser el desencadenante de un brote de rosácea.
- La suavidad y el respeto a la composición natural de la tu piel son norma. Para cuidar tu dermis, elige productos de alto poder emoliente, que suavice e hidrate sin resultar, en ningún caso, agresivos.
- Tienes cosméticos con propiedades vaso – protectoras, cuyo objetivo es evitar la dilatación excesiva de los pequeños vasos sanguíneos que recorren el rostro. Si tienes rosácea, esos son los que necesitas.
- Es importante elegir productos de composición ligera que no resulten oclusivos, es decir que dejen “respirar” a la piel sin taponar los poros.
Con unos cuidados básicos y con los cosméticos adecuados, como los de la gama Sensibio de Bioderma, tu piel sensible y tal vez con rosácea, puede lograr un aspecto óptimo y conseguir lo más importante… que tú te sientas bien.